El huipil suele elaborarse con dos o tres lienzos (según la tradición de cada municipio o aldea), y en algunos casos, solamente con uno. Los lienzos se unen mediante costuras de unión, llamadas randas en muchos lugares. Las costuras laterales se terminan a la altura del brazo o se dejan sueltas.
El largo del huipil para la vida cotidiana varía de acuerdo con las costumbres locales; pero más aún, según el clima. Los hay desde cortos, que dejan descubierta la cintura, como en el caso de algunas comunidades de Alta Verapaz y Palín, hasta más largos cuya parte sin decorar se lleva dentro de la falda. En lugares como san Mateo Ixtatán se usan encima del corte, para protegerse del frío.