Telar de cintura
Antes de montar el telar. Se usa una urdidora para ordenar y entrecruzar los hilos (verticales) de la urdidumbre y crear el cruce que separa los hilos pares de los impares. Ya en el telar, el cruce formará el espacio (calada) por donde se pasarán las tramas (hilos horizontales) del tejido.
Montaje. La urdidumbre se sostiene con dos varas en los extremos. Uno se fija a un punto (usualmente un pilar o árbol). La del otro extremo tiene un mecapal que pasa por la cintura de la tejedora, quien mantendrá la tensión de los hilos de la urdidumbre con el movimiento de su cuerpo.
Se coloca el segundo rollo separador para sostener el cruce de los hilos de la urdidumbre. El corazón, en combinación con el “chocoyo”, cambia la posición de los hilos y abre la calada. La tejedora atraviesa la espada y desliza la trama por medio de la bobina para cormar la tela.
Ya montado el telar, ella selecciona la forma (ligamento) en que va a entrecruzar los hilos de la trama y de la urdidumbre, por ejemplo: tefetán (tejido llano), sarga (twill), tapicería, gasa, “confite” (“chivo”), o terciopelo.
Telar de pie
Los españoles introdujeron un telar más eficiente que el de cintura: el telar de pie. Es fijo y se acciona por medio de pedales. Su uso requiere de herramientas especializadas como la trascañadera, la urdidora vertical y el torno. Su montaje y manejo son complejos, pues se requieren conocimientos y destrezas específicas. Sin embargo, se usan en este instrumento varias de las técnicas descritas para el telar de cintura.